Soria, 2 de febrero de 1990

Acabamos de escuchar las simpáticas y emotivas palabras de Don Fernando Modrego, y quisiera comenzar estas nuestras dándole las gracias de todo corazón, en nombre de la Infanta y en el mío propio, así como en el de la Fundación que lleva nuestro nombre, por su delicadeza al pedirnos presidir este acto y permitir a la Fundación participar en la creación de estas Videotecas e, incluso, patrocinar la edición de los dos primeros vídeos a ellas destinados. A él y a todo el Consejo de Administración, y en particular a la Comisión de Obras Sociales. muchísimas gracias.

En realidad, todo este esfuerzo no nos extraña. En sus casi ochenta años de vida, la Caja General de Soria ha realizado una ingente obra cultural y por ello, cuando se constituyó la Fundación Duques de Soria, pensamos que la Caja debería de estar representada por su Presidente en el propio Patronato de la Fundación, propuesta que aceptó su Consejo de Administración.

El vídeo es uno de los nuevos soportes materiales de nuestra cultura. La difunde y la pone al alcance de los más y, en muchas ocasiones, de quienes no tienen una relación continuada con ella. Para la cultura, para su difusión, es muy importante el uso de las nuevas tecnologías. El que la Caja y la Fundación hayan decidido usarlas nos parece una muestra de sensibilidad ante el presente y una previsión cara al futuro.

La formación de una videoteca es costosa y, además, difícil. Los criterios de selección han de ser rigurosos y es tarea de personas exquisitamente informadas, de gentes con gran formación. Por eso, nos parece una excelente idea que ambas instituciones trabajen juntas en este campo, eligiendo lo mejor en cada caso.

Estos dos primeros vídeos son una muestra elocuente de lo que digo. Independientemente de lo que significan para Soria, Gustavo Adolfo Bécquer y Antonio Machado son dos figuras cimeras de nuestra poesía. El que el autor del primer guión sea don José Antonio Pérez Rioja, a quien conocemos bien como gran investigador, académico y actualmente Presidente del Centro de Estudios Sorianos, es otro acierto más y, sin duda, la mejor garantía del interés de su contenido.

Por razones de tiempo, no vamos a ver ahora más que un fragmento del vídeo de Bécquer y, por ello, a él me referiré únicamente.

Este Bécquer complejo, aparentemente sencillo, pero sólo aparentemente, es el que más nos interesa. No olvidamos que Juan Ramón Jiménez y Dámaso Alonso lo consideraron, hace muchos años, el primer poeta español contemporáneo. Tal vez porque ese mundo lírico de Bécquer es el verdadero precursor de las innovaciones métricas y temáticas del modernismo y de la poesía del siglo XX, incluido desde luego Antonio Machado, enamorado como él de estas tierras de Soria.

La complejidad de Bécquer, que es hoy lo que más nos complace señalar, no es, ciertamente, casual. Se han subrayado sus puntos de coincidencia con Byron y, Dámaso Alonso, en un artículo memorable, publicado en Cruz y Raya hace ya más de medio siglo, se entretuvo magistralmente en hacernos ver la influencia de Musset en la famosa Rima del Arpa. Desde luego, Bécquer, en su infancia dura de huérfano, tuvo la oportunidad de familiarizarse con la obra de los más escogidos autores franceses de su tiempo. Sabemos que leyó a Chateaubriand, a Madame Staël, a Georges Sand, a Balzac, a Hugo, a Lamartine y, naturalmente, a Musset. Todo esto configuró una personalidad tan compleja como su obra. Porque el romanticismo le acercó, ideológicamente, al tradicionalismo y a una exaltación mítica de lo popular. Tal vez esto mismo le acercara, muchos años después de su muerte, al modernismo de Darío, y como decíamos antes, le convertiría en precursor de la profunda renovación poética española de los años treinta.

Nada más, una vez más felicitar a la Caja de Soria por su acierto en editar este video y por iniciar su colaboración con nuestra Fundación. Ruego a su Presidente, D. Fernando Modrego, que transmita nuestra enhorabuena a su Consejo y a la Comisión de Obras Sociales y al Presidente de la Fundación, Marqués de Valdecañas, que haga lo propio con todos los miembros del Patronato.