Soria, 16 de octubre de 1997

Presidir hoy este acto académico supone algo muy especial para el Duque de Soria y para mí.

Hemos entendido siempre que ser Duques de Soria es no sólo un honor, sino una responsabilidad, y que lo es principalmente hacia Soria. Por eso promovimos hace ya ochos año la creación de nuestra Fundación, y hemos impulsado permanentemente su desarrollo.

Ahora podemos decir, con más razón que nunca, que el resultado ha respondido a nuestras expectativas, gracias a cuantos participan en sus actividades y a la eficaz dirección del Patronato que preside Don Rafael Benjumea. Porque, con este acto, están a punto de rendir fruto muchos años de esfuerzo.

Y es que hoy, además de comenzar un Curso académico en el Campus Universitario de Soria, se inicia en la Sede de nuestra Fundación, en este Convento de la Merced, el nuevo curso de la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales. Estrenamos nuestras nuevas Aulas de la mejor forma posible, acogiendo en ellas la Escuela Universitaria en la que se formarán desde ahora los hombre y mujeres de empresa que demanda el desarrollo de Soria. Aprovechamos para dejar constancia desde ahora de que, cuando la Escuela de Empresariales disponga de locales propios, nuestras Aulas estarán dispuestas a acoger cualquier otra nueva titulación universitaria que pueda implantarse de Soria.

Pero hay más: el acto que hoy nos reúne señala también la puesta en marcha en nuestra Sede de la tan esperada Residencia Universitaria, que confiamos en que sea un modelo en su género, y que viene a paliar una necesidad básica de este Campus universitario.

Respondemos así a la confianza de la Excelentísima Diputación Provincial de Soria al cedernos generosamente el Convento de la Merced. Gracias a la ayuda de la misma Diputación, del Ayuntamiento de Soria, de a Junta de Castilla y León y del Ministerio de Educación, y al permanente respaldo de Caja Duero y de la Universidad de Valladolid, hemos acondicionado nuestra Sede para un uso acorde con los fines fundacionales, con la utilidad social general, y con el servicio a los intereses de Soria.

Aunque para inaugurar formalmente la Sede de la Fundación falta aún terminar el acondicionamiento de las zonas destinadas a nuestros Servicios centrales y al Centro e apoyo al Hispanismo, lo que hará de Soria el corazón de la comunidad internacional de hispanistas, hemos dado prioridad a las necesidades universitarias dentro de nuestros planes de utilización del Convento de la Merced. La apertura anticipada de Aulas y Residencia confirma así nuestra voluntad de colaborar estrechamente con la Universidad, y de servir de complemento a su función docente.

En esta línea la Fundación se propone completar el programa de Estudios Empresariales con aportaciones del Profesor Velarde Fuertes, a quien damos la gracias por lección, verdaderamente magistral. Esperamos contribuir así a mejorar la formación de los alumnos, a dar prestigio a la Escuela de Empresariales de Soria, y a conseguir una mayor valoración social para los títulos universitarios emanados de Soria, y especialmente del Convento de Merced.

Así pues, a la espera de poder inaugurar en los próximos meses el edifico en su conjunto, es para el Duque de Soria y para mí una gran satisfacción presentar el inicio de las actividades de la Residencia y Aulas de nuestra Sede, p8uestas al servicio de la Universidad, y por tanto de Soria y de la cultura.

Y nuestra satisfacción es doble porque lo hacemos con ocasión de inaugurar el Curso académico de la Universidad e Valladolid en el Campus de Soria, lo cual es en sí mismo un acontecimiento de la mayor importancia.

El Duque de Soria y yo queremos agradecer públicamente al Rector de la Universidad e Valladolid, Profesor Álvarez Guisasola, miembro relevante de nuestro Patronato, su permanente disposición a hacer cada vez más estrecha la colaboración entre ambas instituciones, con resultados tan fructíferos como el que hoy nos trae aquí. Con él extendemos nuestro agradecimiento a todo el equipo rectoral, y al personal docente y administrativo de la Universidad.

Terminamos ya, deseando que el “Gaudeamus” que vamos a oír a continuación sea expresión de la alegría íntima que hoy, imbuidos del espíritu universitario, sentimos todos los reunidos aquí. Que este himno sea también preludio de esa alegría por el trabajo bien hecho, con que deseamos a profesores y alumnos que terminen el Curso que hoy empieza.

Y sin más, declaramos inaugurado el Curso 1997-1998 de la Universidad de Valladolid en el Campus de Soria.