Mesa presidencial con los Duques de Soria, el Rector de la Universidad de Amberes y el Presidente de la FDS de pie dando unas palabras

Amberes, 21 de noviembre 2005

Para mí y para mi esposo el Duque de Soria, como para todos los miembros de nuestra Fundación, este es un día memorable. Porque hoy, aquí en Amberes, podemos recordar con todos ustedes que hace diez años clausurábamos en esta Universidad los Encuentros en Flandes, que se habían celebrado durante cuatro meses, organizados por la Cátedra Carlos V de nuestra Fundación. Se cumplían entonces cinco años desde que, con el profesor Jacques de Bruyne, presentábamos la Cátedra Carlos V en la Universidad de Gante, el 24 de noviembre de 1990 (hace ahora quince años), ante Su Majestad la Reina Paola, entonces Princesa de Lieja, que nos honró con su asistencia. La Cátedra era uno de los primeros programas de nuestra Fundación, creada hacía poco más de un año. Y era, desde luego, el único programa de la Fundación fuera de España, en un momento en que aún no existía el Instituto Cervantes.

Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero muchas otras siguen. Esta Universidad es ahora mucho mayor, porque es la suma de las tres Universidades que había en Amberes. Pero en esa suma ha sabido conservar lo mejor de cada parte.

Nuestra Fundación ha seguido creciendo, ampliando su actividad a materias tan diversas como la paleontología o las neurociencias, el arte o la economía. Porque la cultura nace en todos los ámbitos del conocimiento. Y ha extendido sus actividades a lugares tan dispares como el Cáucaso o Nueva York, pero siempre desde su Sede de Soria, en el corazón de España.

Durante estos diez años hay algo que no ha cambiado ni en esta Universidad ni en nuestra Fundación: Hemos seguido manteniendo en Amberes el Lectorado de Español para los estudiantes universitarios de nuestra lengua, y desde nuestra Fundación hemos seguido otorgando los Premios Carlos V a los alumnos más destacados. Del mismo modo que la Fundación ha seguido apoyando en todo el mundo al hispanismo internacional, como forma de difusión y estudio de nuestra cultura en otros entornos culturales.

Nuestra cultura, la cultura que se expresa en español, es la suma de la cultura de muchos pueblos. Y en esa combinación de diversidad y cohesión reside precisamente su importancia. El español, como lengua de implantación internacional unida a una cultura (recordemos que estamos en el cuarto centenario del Quijote), es un activo fundamental de esa Comunidad cultural panhispánica de la que luego nos hablará el Director de la Real Academia Española.

Nuestra Fundación nace con clara vocación hispana, pero no hace bandera de ella, porque siempre desarrolla su labor poniendo el acento en aquello que nos aproxima a otras culturas, en lugar de ponerlo en lo que nos diferencia.

Permítanme que recuerde ahora algo que dije aquí hace diez años: “El futuro deseable pasa por la aproximación e incluso por la unión entre los pueblos, y para ello hay que profundizar en las raíces que compartimos. En Europa, no debemos permitirnos olvidarlo, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.” Eso que dije entonces, seguimos creyéndolo ahora. Y lo creemos con más convicción, porque lo que entonces era futuro, incluso futuro utópico, ahora es -simplemente- presente: Usamos la misma moneda en nuestros dos países, circulamos libremente entre uno y otro, y somos en general mucho más próximos de lo que éramos hace diez o quince años.

El mundo sigue cambiando, sigue haciéndose cada vez más pequeño. Y eso hace que veamos y suframos problemas que antes estaban más lejanos, o parecían estarlo. Pero, a pesar de eso, el futuro está lleno de esperanza. Porque el futuro está siempre hecho -precisamente- de esperanza. Por eso, estamos convencidos de que la nueva etapa de colaboración que se abre con el convenio que hoy han firmado esta Universidad y nuestra Fundación, será aún más fructífera.

Jean Van Houtte, con quien comenzó esta colaboración, y al Doctor Carl Reyns, que nos acogió en nuestra visita anterior. Expresamos también nuestro mayor reconocimiento al Doctor Robert Verdonk, interlocutor permanente de la Fundación en la Universidad y coordinador de la Cátedra Carlos V. Gracias muy especiales a Caja Duero, que sostiene con su patrocinio esta Cátedra y gran parte de nuestras actividades. Y gracias, por supuesto, a Don Víctor García de la Concha, Director de la Real Academia Española y miembro ilustre de nuestro Patronato, por la valiosísima colaboración que nos presta hoy y siempre.

Para terminar, gracias a todos ustedes, a todos los que hoy nos acompañan, y muy especialmente a los que se han desplazado desde fuera de Amberes para esta ocasión.