Amberes, 26 de febrero de 2010

La Fundación, el Duque de Soria y yo misma, nos sentimos justamente orgullosos de haber merecido durante todos estos años la confianza de esta Universidad. Porque el papel de la Fundación es siempre complementario del de las universidades, y sin esa confianza no podríamos haber hecho nada de lo que hemos hecho. El mérito de esta relación se debe en muy buena medida a las profesoras doña María Pilar Fernández Segura, doña Ana Bertrand Focachón y doña Manuela Crespo, que a lo largo de estos años han impartido el lectorado no sólo con gran profesionalidad, sino además con el mayor entusiasmo. Y precisamente esa conjunción de profesionalidad y entusiasmo es una de las claves que permiten comprender el papel de alguien como el Profesor Robert Verdonk, sin cuya visión, entrega y generosidad difícilmente se entendería el vínculo tan estrecho que se ha ido trenzando entre esta Universidad y nuestra Fundación. Gracias pues, muy sentidas, Profesor Verdonk.

La Fundación, desde su sede en Soria, desarrolla aquí en Amberes uno de los fines para los que se creó el 1 de marzo de 1989: cumplirá veintiún años exactamente dentro de tres días. Me refiero al objetivo fundacional de promover la mejor preparación de quienes se interesan por la lengua y la cultura hispanas desde la Universidad en general, y desde esta Universidad de Amberes en particular, y no sólo con el lectorado, sino con seminarios como este que hoy empieza. He dicho hispana y no española, para subrayar el hecho de que no se trata de la lengua y la cultura de un solo país, sino de ese gran conjunto de países que es la comunidad hispana.

Precisamente aquí en Amberes es muy adecuado recordar con cariño al mayor de los países hispanos, México, porque la presencia comercial y diplomática de México en Amberes es una constante desde hace casi doscientos años. Y porque el Centro de Estudios Mexicanos de la Universidad de Amberes ha compartido, en paralelo con nuestra Cátedra Carlos V, el esfuerzo por dar visibilidad en esta ciudad y en esta Universidad a nuestra cultura común.

Con el seminario que hoy se inaugura, nuestra Fundación cumple también con otro de sus fines: potenciar la investigación científica y la extensión del conocimiento, siempre en colaboración con la Universidad.

A los profesores y estudiosos que este Seminario de nuestra Fundación ha congregado en Amberes, queremos felicitarles por dedicarse a algo tan noble como mejorar el conocimiento, y queremos animarles a seguir trabajando en ello con constancia y con valentía, sabiendo que su esfuerzo es realmente importante, que su dedicación merece el agradecimiento de todos, y que -desde luego- cuentan ya con nuestra admiración y con la de toda la Fundación.

A quienes participan en este seminario les deseamos que obtengan el mayor provecho de los intercambios de información y de los enriquecedores debates académicos que sin duda generará el encuentro. Y les damos las gracias por su participación, que habrá sido el elemento fundamental en ese éxito que el Duque de Soria y yo auguramos para esta reunión que está a punto de empezar, tan pronto como los que hemos venido a saludarles les dejemos trabajar.

En efecto, los participantes en el seminario tienen un largo e interesante programa que cumplir. Y por eso ya no les quitaré más tiempo.

Antes de despedirme quiero mostrar la especial satisfacción que sentimos el Duque de Soria y yo al venir a Amberes, por tercera vez desde que en 1995 la Cátedra Carlos V de nuestra Fundación centró su actividad en esta bella ciudad.

Muchas gracias a todos por su amable atención.