Soria, 13 de mayo de 2010

A mi esposo el Duque de Soria y a mí siempre nos alegra venir a Soria, con la que estamos tan unidos, y más aún venir a este Campus Universitario que nos honra al llevar nuestro nombre.

Pero, además, acompañar al Señor Rector en la Presidencia de este acto de graduación de la promoción 2010 de la Escuela de Estudios Empresariales y del Trabajo, tiene para nosotros un valor muy especial.

Porque la relación de nuestra Fundación con la Escuela de Empresariales ha sido siempre muy estrecha, desde su implantación en Soria en el 95, que en parte fue posible por el acuerdo entre la Fundación y la Universidad para el uso de aulas y espacios de nuestra Sede. Por eso la Escuela ha estado diez años en la sede de nuestra Fundación, desde el curso 96-97 hasta su traslado a este nuevo Campus en 2006.

Además, nuestro compromiso con la Escuela de Empresariales no se limitó a acogerla en el Convento de la Merced. Durante diez años la Fundación ha organizado para la Escuela ciclos de conferencias, a cargo de destacados representantes del mundo empresarial, económico, sindical y académico, que han acercado a más de quinientos de sus alumnos el mundo real de la economía y la empresa.

También tuvimos la satisfacción de asistir como padrinos a la graduación de la primera promoción de la Escuela en el 98, y hace cinco años acompañamos al Señor Rector en la conmemoración del décimo aniversario de la Escuela.

En el curso 2006-2007, la integración de los estudios de Relaciones Laborales en la Escuela de Empresariales nos proporcionó un motivo de orgullo al dar lugar a la doble titulación en Ciencias Empresariales y en Relaciones Laborales, que fue una de las primeras en toda España.

Precisamente los alumnos que hoy se van a graduar forman la primera promoción de esta doble titulación, y para esta joven promoción el Duque de Soria y yo hemos prestado gustosamente nuestro apadrinamiento, como ya hicimos con aquella primera promoción de Empresariales hace doce años.

Termino ya, deseando de todo corazón los mayores éxitos a los nuevos graduados en su vida profesional. Porque de vuestro éxito, permitidnos decíroslo en primera persona, como del de todos los nuevos profesionales que se van incorporando al caudal de riqueza profesional de nuestro país, depende en buena medida el bienestar del conjunto de nuestra sociedad. Si os enfrentáis a esta nueva etapa de vuestra vida con espíritu de servicio y de superación, y si tenéis presente que los derechos están siempre al mismo nivel que las obligaciones, estamos seguros de que os espera un futuro prometedor.

Todos estaremos a vuestro lado en vuestro empeño, y todos nos congratularemos de vuestro éxito.

Muchas gracias.