El Presidente de la FDS, Don Rafael Benjumea, durante su intervención en la inauguración del curso 2005-2006

Soria, 6 de julio de 2005

Quisiera comenzar mi intervención transmitiéndoles la gran ilusión que supone para todos los que formamos la Fundación Duques de Soria iniciar un nuevo año académico. Una ilusión que renovamos cada mes de julio, desde hace 17 años, con la misma vocación de servicio, interés por la cultura y responsabilidad ante la sociedad.

Y ello es posible por el trabajo y la generosidad de un gran número de personas y de todos los que nos acompañan hoy en este Convento de la Merced. Un agradecimiento que personalizo en los miembros de esta mesa que apoyan a la Fundación desde las instituciones que representan. Mi gratitud a la Alcaldesa de Soria, al Consejero de Educación, al Rector de la Universidad de Valladolid, y al Presidente de la Diputación Provincial de Soria. Muchas gracias a todos por su presencia.

Con este acto da comienzo un curso, en el que la Fundación Duques de Soria mantendrá viva su profunda inquietud por la Historia, la Lengua Española, el Desarrollo Local, el Hispanismo y las Ciencias. Unas áreas del saber que, año a año, crecen y profundizan bajo la atenta mirada de nuestro Patronato que, con su consejo y apoyo, nos alienta a seguir firmes en el camino marcado con gran acierto por los Duques de Soria. Este año nuestro Patronato da la bienvenida a D. Germán Sánchez Ruipérez y a D. Gustavo Suárez Pertierra, dos importantes personalidades significadas por su inquebrantable compromiso con la cultura.

Cuando miramos al pasado, nos damos cuenta de lo que ha cambiado y crecido la Fundación. Hemos sabido evolucionar al lado y con la colaboración de la sociedad, lo que ha supuesto, sin duda, un importante esfuerzo, compartido entre todos los que mantienen a esta institución en un progreso constante.

A lo largo de los próximos meses, nos enfrentaremos a retos que supondrán para la Fundación un desafío con el progreso. Tenemos la esperanza de que los científicos, estudiosos y profesionales de prestigio sigan viendo en nosotros ese foro que les acoge y les sirve de plataforma para presentar, debatir y analizar sus estudios y avances científicos.

Muchas de nuestras ideas y aspiraciones se transforman en programas de gran calado. Así ha sucedido a lo largo de los años. En este nuevo curso, ponemos en marcha una actividad, en la que hemos depositado muchas esperanzas: el Proyecto Cervantes. Coordinado por D. Emilio Cassinello, esta iniciativa nos llevará a Nueva York, una ciudad que, aunque situada a miles de kilómetros, ya ha sido sede de algunas de nuestras actividades.

En este nuevo proyecto, iremos de la mano del Instituto Cervantes que, como nosotros, siempre ha creído que el Hispanismo debe ser tratado con la seriedad y la profesionalidad necesarias para que el prestigio de la cultura en español sea una realidad sólida y no esté a merced de modas pasajeras.

Como ya saben, y este nuevo programa permanente lo corrobora, el Hispanismo dentro de la Fundación tiene una fuerza especial. Hoy hemos renovado, en esta sede, los lazos que nos unen con otra parte del mundo muy ligada a nuestra historia. El rector de la Universidad de Amberes y el Profesor Verdonk nos han recordado con su presencia, en este día, que la Cátedra Carlos V de Estudios Hispánicos es un elemento vivo y dinamizador de la cultura española, en una parte de Europa tan unida a nuestro pasado y presente, como son los antiguos Países Bajos.

Pero no sólo el área del Hispanismo tiene importantes novedades. El Desarrollo Local, de la mano de nuestra querida D.ª Mercedes Molina, supone, para la Fundación y para toda Soria, una aportación impagable. Todos los que estamos vinculados con esta tierra hemos contraído una deuda con el tesón, el trabajo riguroso y el entusiasmo que la Doctora Molina pone en todas las iniciativas que lidera. En este año, el proyecto Micología y Calidad, coordinado desde nuestra Oficina de Desarrollo Local, está obteniendo unos resultados magníficos que suponen un cambio sustancial en este sector tan importante para Soria y para Castilla y León.

Otro de los pilares fundamentales de nuestra organización es la preocupación constante por la Lengua Española. El gran interés que suscitan las actividades vinculadas a esta materia nos indica que vamos en la dirección correcta. Estamos seguros de que esta sala se llenará, como todos los años, para escuchar las Confesiones de Autor, de la mano de D. Santos Sanz Villanueva. Por otra parte, los futuros periodistas nos demuestran, con su masiva presencia en Tordesillas y en los Encuentros de Periodismo, en Salamanca, que les preocupa conocer mejor esta herramienta fundamental para su trabajo que es la lengua.

Y en este año, como no podía ser de otra manera, El Quijote y Cervantes ocupan un lugar destacado en nuestra programación. El Seminario de Historia de la Lengua Española convoca, en estos días, a algunos de los máximos exponentes y especialistas en la obra cervantina. Además, nuestro patrono Don Francisco Rico nos ofrecerá, en unos minutos, su lección magistral sobre sus reflexiones y relación con el Quijote. Sirva todo ello como el homenaje que rinde la Fundación a este escritor genial y a su universal obra.

En el campo de las Ciencias, con la valiosa colaboración del Doctor Carlos Belmonte, nos hemos convertido en un referente internacional. Pero no sólo las Neurociencias. La Física, la Oncología y la Economía tienen su espacio en esta Fundación que crece y avanza, rodeada de expertos que con su conocimiento contribuyen a hacer que este mundo sea mejor para todos.

En este acercamiento a las actividades de la Fundación Duques de Soria, la Historia tiene un valor extraordinario. Esta disciplina abarca desde el arte y la historia de la Empresa, hasta la arqueología y la historia de España, pasando por la historia del libro y, por supuesto, por nuestra veterana Cátedra de Luis García de Valdeavellano, compartida con la Universidad de Valladolid, que hace unos días ha elegido a su décimo tercer titular, D. José Antonio Escudero López.

Éstas son una parte de las actividades que abordaremos en este curso. Hacer referencia a todas sería prolijo. Aunque no quisiera perder la oportunidad de señalar el gran trabajo que se desarrolla dentro de nuestros programas permanentes como la Cátedra Atapuerca, el Centro para la Historia de la Empresa, el Centro Coordinador de Formación Hispánica, la Cátedra Conde de Barcelona o el Centro de Apoyo al Hispanismo, entre otros.

Toda la programación de la Fundación se quedaría sólo en buenas intenciones si no contáramos con el elemento más importante: las personas que hacen posible que este proyecto cultural funcione. Es el momento de reconocer, de manera especial, el trabajo y la dedicación no sólo del Patronato, al que ya he hecho referencia, sino del Consejo y del equipo de gestión que siempre aborda las nuevas iniciativas con enorme ilusión.

También quisiera resaltar que la Fundación Duques de Soria se siente en deuda con los directores de nuestros programas. Somos conscientes de que su prestigio consigue que esta organización progrese y se enriquezca con la participación de personalidades esenciales del saber actual. Muchísimas gracias a todos ellos.

En este año, se cierra el ciclo de cinco de nuestros veteranos seminarios. Nunca nos despedimos de los que han colaborado con nosotros. Sería un lujo que no queremos ni podemos permitirnos.

¿Cómo vamos a decir adiós a D. Julio Valdeón, D. José Luis Girón Alconchel, D. Joaquim Llisterri, D. Juan Antonio Ramírez y a D. Nicolás Ortega? Sabéis que ésta es vuestra casa y, desde aquí, os pido que utilicéis a la Fundación como altavoz de vuestras propuestas e inquietudes. Mi más sincera gratitud por acompañarnos en estos tres años. Vuestras aportaciones a los Seminarios de Historia de España, de la Lengua, de Tecnologías Lingüísticas, del Arte y del Paisaje han sido fundamentales en el desarrollo de estas especialidades.

Por otra parte, siempre hemos dejado que vuelen solas, iniciativas que nacieron en el seno de la Fundación y que consiguieron la solidez necesaria para trabajar sin nuestra tutela. Así sucedió con el Centro para la Edición de Clásicos Españoles y con los Guías del Yacimiento de Atapuerca. Siempre mantendremos nuestras puertas abiertas para recibir nuevos proyectos y para permitir que se independicen los que alcancen la madurez.

Me gustaría también mencionar la exposición que acabamos de inaugurar del artista Chema Cobo. Con él y de la mano de la Fundación, el Palacio de la Audiencia se ha convertido, otro año más, en un importante centro de arte. Sus óleos y pasteles no les serán indiferentes a los que se dejen atrapar por sus sugerentes imágenes. Desde aquí, invito a todos los sorianos a participar de esta experiencia artística.

Quiero acabar esta intervención con una referencia muy especial a Caja Duero. No por repetido pierde valor. Al contrario. Refuerza aún, con más firmeza si cabe, nuestro grandísimo agradecimiento.

Una gratitud que se suma a la admiración y a la valentía de esta Entidad que, con su saber hacer, demuestra que las iniciativas serias y rigurosas deben recibir el apoyo necesario para hacerlas posible. Seguiremos trabajando por mantener la confianza que Caja Duero ha depositado en nosotros y por ganar la de otras instituciones.

Y ya me despido de todos ustedes, con la seguridad de que las actividades que inician hoy su recorrido serán de su interés y contribuirán a dar un paso más para que la Cultura, en mayúsculas, ocupe el lugar que todos deseamos.