PALABRAS DE D. RAFAEL BENJUMEA, CONDE DE GUADALHORCE, PRESIDENTE DEL PATRONATO DE LA FUNDACIÓN DUQUES DE SORIA DE CIENCIA Y CULTURA HISPÁNICA, EN LA INAUGURACIÓN DEL XVIII CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE HISPANISTAS. BUENOS AIRES, 15 DE JULIO DE 2013.

Señor Rector de la Universidad de Buenos Aires, señor Decano de la Facultad de Letras, señor Embajador de España, señor Presidente de la Asociación Internacional de Hispanistas, ilustres miembros de su Junta Directiva y de la Comisión local organizadora de este Congreso, señoras y señores hispanistas:

Empiezo declarando mi satisfacción personal por estar aquí, en Buenos Aires, con el grato encargo de representar a la Fundación Duques de Soria de Ciencia y Cultura Hispánica -cuyo Patronato me honro en presidir- y de trasladar a tan distinguida audiencia de hispanistas el mensaje de los Duques de Soria, Miembros de Honor de esta Asociación Internacional de Hispanistas que inicia hoy su decimoctavo Congreso trienal.

Además de cumplir el encargo de los Duques de Soria, hoy quiero reiterar ante todos ustedes la plena disposición de la Fundación a seguir desempeñando, como en los últimos veinte años, el papel auxiliar -del que tan honrados nos sentimos- de respaldo a esta Asociación. Ese papel auxiliar lleva implícito el más estricto respeto a la independencia de la AIH, en la que reside buena parte de su fuerza. Porque contribuir a la fuerza y a la independencia de la AIH es para la Fundación Duques de Soria una parte relevante de su misma razón de ser. Servir a la AIH es reconocer la importancia de su labor internacional de medio siglo en los cinco continentes a favor de la cultura hispánica, ese colectivo al que tantos millones de personas de tantos países pertenecemos, casi siempre sin ser conscientes de lo mucho que debemos al Hispanismo y a los hispanistas.

El año pasado la AIH ha cumplido sus primeros cincuenta años de vida, y la Fundación viene acompañándola en su trayectoria desde que la Asociación tenía treinta años: desde el Congreso de Irvine en 1992, con el que comenzó nuestra colaboración con la AIH, formalizada un año después y continuada desde entonces ininterrumpidamente. El Boletín anual de la AIH, del que en este Congreso se distribuye el número 19, es fruto directo y visible de esa constante colaboración de la FDS con la AIH.

Los Duques de Soria, en las palabras que voy a leerles a continuación, destacan la importancia del apoyo al Hispanismo internacional como parte esencial de los fines para los que nació la FDS hace casi un cuarto de siglo. Y destacan el hecho de que recientemente la Fundación haya dotado a su nombre de una extensión, “de Ciencia y Cultura Hispánica”, cuyo sentido siempre estuvo implícito en sus líneas de actuación.

Paso ahora a leerles el mensaje de Su Alteza Real la Infanta Doña Margarita y del Excelentísimo Señor Don Carlos Zurita, Duques de Soria:

“En nuestra condición de Miembros de Honor de la Asociación Internacional de Hispanistas queremos hacer llegar nuestra admiración, nuestro respeto y nuestro afecto a todos los hispanistas presentes en ese decimoctavo Congreso Internacional, y pedirles que lo trasladen ustedes a aquellos de sus colegas que no han podido asistir.

La ocasión tiene para nosotros una connotación personal especial, porque el Congreso se celebra en Buenos Aires, ciudad a la que nos unen recuerdos y afectos entrañables, puesto que en ella empezamos nuestra vida de recién casados, allá por el año 1972.

Ello hace que lamentemos doblemente no poder estar hoy con ustedes en Buenos Aires, aunque nadie mejor que el Presidente de nuestro Patronato para representarnos, como mensajero de excepción.

Nuestro mensaje no es distinto -porque no puede serlo- del que hemos venido transmitiéndoles en los últimos veinte años de manera constante y continua: la Asociación Internacional de Hispanistas, como principal exponente del hispanismo mundial, cuenta con el respaldo incondicional de nuestra Fundación, y ocupa un puesto de primera línea entre nuestras prioridades. Porque el apoyo al Hispanismo internacional es parte esencial de los fines para los que nació nuestra Fundación en 1989, y porque desde 1992 ese apoyo lo concreta la Fundación en la Asociación Internacional de Hispanistas.

El apoyo a la AIH es ya tan consustancial a nuestra Fundación como su nombre actual -de Ciencia y Cultura Hispánica-, que describe junto a nuestro título, como un lema, la esencia de todo aquello a lo que la Fundación dedica su esfuerzo. Con esta referencia explícita a la Ciencia y a la Cultura Hispánica la Fundación señala los valores que cultiva y que son su razón de ser. La Ciencia es el conocimiento, y es universal: en ella se sustenta el progreso de la humanidad. Y la Cultura Hispánica es el elemento aglutinante de esa amplia y diversa comunidad cultural en torno a la que precisamente nace el hispanismo.

Nuestro sentimiento hacia quienes dedican su vida al hispanismo es siempre invariable: una suma de admiración y gratitud profundas, que se hace aun mayor hacia aquellos hispanistas que no pertenecen al mundo hispano más que con el corazón.

Hemos repetido muchas veces en estos más de veinte años que son ustedes, hispanistas, los mejores embajadores de paz para este pujante colectivo hispano que encuentra su cohesión en la lengua y en la cultura, como también en afinidades basadas en sentimientos y sensibilidades individuales, cimentadas en valores a los que no cabe poner límites.

Nuestro elogio y nuestro aplauso por su labor sólo pueden ir acompañados de nuestro aliento para que no cejen en su esfuerzo y para que sean capaces de enfrentar con ánimo los obstáculos. Porque su labor no está en absoluto exenta de ellos, pese a lo necesaria que es, incluso -siempre lo decimos- para quienes no perciben su importancia.

Por eso, una vez más, queremos sumar al de nuestra Fundación nuestro compromiso personal inquebrantable con el Hispanismo y con la Asociación Internacional de Hispanistas, en este Congreso de Buenos Aires. Nos obligan a ello tanto nuestra convicción personal profunda como la condición de Miembros de Honor que la AIH nos otorgó en 1995, en el Congreso de Birmingham.

Felicitamos al Comité Local Organizador del Congreso, y a su Presidenta la Doctora Doña Melchora Romanos, por haber conseguido superar las dificultades que siempre conlleva organizar una reunión de estas características. Y también felicitamos por su buen hacer a la Junta Directiva de la AIH y a su Presidente el Doctor Don Aldo Ruffinatto, a quien hemos podido saludar en Soria hace pocos días. Como felicitamos al Secretario General Doctor Don Aurelio González, y a todos los que antes que todos ellos han desempeñado las mismas responsabilidades, por su encomiable espíritu de servicio hacia sus colegas de todo el mundo. Agradecemos a nuestro Patrono, el Doctor Don Jean François Botrel, su labor y dedicación para organizar en el marco de este Congreso, bajo los auspicios de nuestra Fundación, un Encuentro de Presidentes y representantes de Asociaciones nacionales de Hispanismo.

Para terminar, reiteramos todo nuestro aliento y nuestro afecto a todos los hispanistas en general, y expresamos nuestros mejores deseos a quienes participan en este decimoctavo Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, del que -como siempre- saldrá renovada y reforzada la Asociación, y con ella el hispanismo.”

Concluido así el mensaje de los Duques de Soria, no me queda nada más que añadir, excepto dedicar un recuerdo y un saludo afectuoso a los Presidentes de la AIH con los que la Fundación ha tenido el honor de colaborar en estos años: Alan Deyermond, Augustin Redondo, Lía Schwartz, Jean François Botrel, Carlos Alvar, Aurora Egido, y Aldo Ruffinatto. Y dedicar también un saludo cordial a los hispanistas venidos de Corea, Israel y Hungría; y a los Presidentes y representantes de Asociaciones nacionales de Hispanismo que van a participar en el Encuentro organizado por la Fundación.

Les reitero a todos ustedes mi satisfacción personal por poder estar hoy aquí acompañándoles, y les agradezco la amable atención que me han prestado.

Muchas gracias a todos.