Soria, 30 de junio de 2010

Quiero empezar mi intervención agradeciéndoles a todos ustedes su presencia en este acto y, de manera especial, a las autoridades que nos acompañan en la mesa. Todos ustedes representan a instituciones cuya colaboración y apoyo han sido decisivos para avanzar hacia los objetivos que nos marcamos en 1989, cuando nuestra Fundación dio sus primeros pasos.

Ha pasado un año desde que Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias celebraran con nosotros el vigésimo aniversario de la Fundación. Un momento que todavía permanece inalterable en nuestra memoria.

En los últimos doce meses, la Fundación ha desarrollado su trabajo en un complejo contexto derivado de la crisis económica que atraviesa nuestro país.

Hemos afrontado esta situación con responsabilidad, y con la colaboración de personas e instituciones que han confiado en nosotros como la Junta de Castilla y León, los Ministerios de Cultura y Exteriores y las Fundaciones Endesa, San Millán de la Cogolla y Marcelino Botín. Desde aquí, quiero darles las gracias por el esfuerzo que han realizado y por la confianza que han depositado en nosotros.

Sabemos que hoy no es fácil hacer llegar a los ciudadanos mensajes sobre la importancia de la cultura, pero creemos firmemente que instituciones como la nuestra deben seguir en el empeño de transmitir a la sociedad el valor del conocimiento, de la reflexión y el pensamiento que son fundamentales para el desarrollo estable del futuro.

Estamos acostumbrándonos a pedir y buscar soluciones inmediatas, sin darnos cuenta de que, en circunstancias tan complejas como las que vivimos, es necesario, más que nunca, fomentar el debate y el análisis profundo y sosegado para buscar soluciones de largo plazo que se consiguen sólo con esfuerzo y determinación.

Este primer miércoles después de las Fiestas de San Juan es, como cada año, el momento de hacer balance y de presentarles nuestros proyectos futuros.

A pesar de haber vivido situaciones complicadas, como ya les he comentado, el balance del curso académico que clausuramos es positivo para la Fundación Duques de Soria.

En este acto, finaliza un año en el que el área de Patrimonio ha tenido una presencia destacada.

Soria Románica ha consolidado en este territorio una forma novedosa de entender el Patrimonio. Un patrimonio artístico que, unido a la población local, se transforma en futuro, en desarrollo y sostenibilidad. Estamos muy orgullosos de formar parte de este Proyecto y agradecemos especialmente a la Consejera de Cultura y Turismo y al Director General de Patrimonio de Castilla y León que hayan creído en la Fundación como compañeros de viaje para esta magnífica iniciativa.

El patrimonio nos ha llevado desde Soria, el Este de la Comunidad, al Oeste, a Ciudad Rodrigo. Allí, en el Palacio de los Águila, la Fundación ha puesto en marcha el Centro Luso Español de Patrimonio, una idea auspiciada por los Ministerios de Cultura de España y Portugal, que nace con vocación de convertirse en un espacio de encuentro de dos territorios separados por una frontera más psicológica que real.

También el patrimonio nos ha conducido al Sur de España, a Sevilla. La exposición El oro de los argonautas. Tesoros del Museo Nacional de Georgia ha puesto en relación las piezas de la antigua Cólquide y parte de las joyas tartésicas más representativas de la península, ofreciendo a los más de 14.300 visitantes la posibilidad de comprobar las similitudes culturales de dos regiones que compartían en la antigüedad el nombre de Iberia, en los extremos oriental y occidental del mundo clásico.

Estas actividades, unidas al programa de Becas Endesa de Patrimonio Cultural con Iberoamérica, han destacado en un año, en el que también nos hemos ocupado de disciplinas como la Lengua Española, las Neurociencias, la Literatura, la Terapia Celular, el Hispanismo, el Paisaje o el Periodismo. Todas estas materias son ya señas de identidad de nuestra Institución.

En los últimos meses, hemos visto distinguido el trabajo y la trayectoria de la Fundación. El Premio Castilla y León de las Ciencias Sociales y Humanidades y el Premio María Teresa Aubach, concedido por la Universidad Pontificia de Salamanca, han conseguido infundir nuevos y renovados ánimos y nos han hecho sentir el cariño y el apoyo de los castellanos y leoneses.

Igualmente quisiera hacer mención de las mercedes otorgadas por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos a dos miembros de nuestro Patronato: Don Gonzalo Anes, como marqués de Castrillón, y D. José Ángel Sánchez Asiaín, como Marqués de Asiaín, y al miembro del Consejo de la Fundación, Don Antoni Tàpies, como Marqués de Tàpies.

También quisiera evocar la figura de nuestro querido amigo y patrono Don Alfonso Escámez, Marqués de Águilas. Su experiencia, su conocimiento y su gran vinculación afectiva con la Fundación ha contribuido de manera determinante a conseguir los objetivos que nos hemos ido marcando cada año académico.

En este momento de reconocimientos, permítanme unos instantes para agradecer pública y sinceramente la generosidad y la profesionalidad del equipo humano de la Fundación, que con total dedicación, trabaja por mantener vivo este proyecto –en el que creen firmemente– haciendo importantes sacrificios.

Este gran equipo, liderado por el Secretario General, José María Rodríguez-Ponga, unido a nuestro reconocido Consejo y Patronato, hace posible que afrontemos con la mejor disposición un nuevo año académico, marcado por un ambiente económico adverso.

Dadas las circunstancias, hemos intentado, y creo que lo hemos conseguido con esfuerzo e imaginación, mantener las actividades que tienen en nuestra Fundación su centro principal de trabajo y las que, por su relevancia y trayectoria, están inseparablemente unidas a esta Institución.

Fieles a nuestra tradición, inauguramos el nuevo curso de manera excepcional. En esta ocasión, con la lección magistral de Doña Margarita Salas –Marquesa de Canero– miembro de las Reales Academias de la Lengua y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, parte activa de nuestro Patronato, y personalidad imprescindible e indiscutible de la Ciencia actual.

Acabamos de abrir al público, como siempre en el Palacio de la Audiencia, la exposición de arte. En esta ocasión presentamos la colección que ha ido reuniendo la Fundación desde 1993, gracias a la generosidad de los maestros que desde entonces han expuesto cada año en Soria. Junto a ellos, se puede contemplar una selección de obras que nos ha cedido en depósito el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Mañana mismo reuniremos, esta vez en Madrid en el Instituto de Salud Carlos III, a más de un centenar de expertos en Terapia Celular para que debatan y analicen el estado actual de la investigación en España, en el campo de las células madre.

Como ven, este nuevo curso comienza con importantes propuestas que se sumarán a otras iniciativas que pondremos en marcha a lo largo del año, siempre caracterizadas por un alto nivel científico y académico. Un buen ejemplo de ello es la nueva reunión de filólogos y lexicólogos que desde hace tres años se dan cita en estos días en Soria para trabajar en la edición del Nuevo Diccionario Histórico, de la Real Academia Española.

Dentro de esta línea de rigor académico, el próximo lunes, el Proyecto Cultural Soria Románica convocará a expertos en patrimonio para debatir sobre las últimas aportaciones, así como las posiciones más innovadoras respecto de las intervenciones que se están realizando en España en bienes muebles e inmuebles.

Asimismo, en el mes de julio celebraremos una sesión especial en homenaje al escritor fundamental de la literatura española y patrono de la Fundación, Don Miguel Delibes.

También en julio, mantendremos la estrecha colaboración que iniciamos en 1991 con la Asociación Internacional de Hispanistas, que este año celebra su Congreso Internacional en Roma.

Nuestra presencia exterior se mantendrá en Amberes, a través de la Cátedra Carlos V de Estudios Hispánicos; en Nueva York, con la Hispanic Society y la Universidad de la Ciudad de Nueva York, como socios en los Seminarios Hispánicos de Doctorado; y en la República de Georgia, mediante el programa de Cooperación Científica en materia de Paleontología.

El Centro Luso Español de Patrimonio concentrará el mayor número de actividades en el último trimestre de 2010 y trabajará intensamente en sus tres áreas de actuación: el patrimonio artístico, el patrimonio paisajístico y el desarrollo rural unido al patrimonio.

Para llevar a cabo estos proyectos contamos con la colaboración del Grupo Español de Conservación, del Instituto del Paisaje de la Fundación Duques de Soria, del Centro de Estudios Ibéricos de Guarda y de la Asociación Oleum Vettonia.

Confiamos en que las iniciativas que pondremos en marcha en el marco de este Centro sean capaces de contribuir, de manera real, al acercamiento de los profesionales de España y Portugal. Estamos convencidos de que la cultura y el patrimonio pueden ser los mejores aliados para romper las barreras y los recelos que durante siglos han separado a ambos países.

Y, por supuesto, seguiremos en esta tierra, en Soria, gestionando el Proyecto Cultural Soria Románica que cuenta con un equipo técnico de primer nivel que es capaz de trabajar duro en situaciones y lugares nada fáciles, siempre de manera rigurosa y sin perder el buen ánimo. Les felicito por ello y por sus magníficos resultados.

Quiero terminar mi intervención transmitiéndoles un mensaje de optimismo y de futuro. Desde la Fundación Duques de Soria nos enfrentamos a todos los retos que nos planteamos con la mayor de las ilusiones y estamos seguros de que, con el apoyo de las personas y de las instituciones que creen y confían en nosotros, seremos capaces de sacar adelante y con éxito todas y cada una de nuestras actividades.

Porque especialmente en los momentos difíciles es cuando todos debemos arrimar el hombro y dar lo mejor de nosotros mismos, de manera responsable y comprometida.

Muchas gracias.